Llueve. Cae incesante la lluvia
en brazos de un destino que clama.
Canta el cielo en lontananza
llantos de amores perdidos,
calimas de nostalgias,
mar en calma, despedidas
y oleajes, trinar de ruiseñores
Llegada de nuevos fulgores,
amanecer de rosas enamoradas
Los destellos se van apagando
como lámparas escanciadas
en la sima del recuerdo.
Te amaré, dijo el alma
y el Universo entero lloró
por la sentencia derramada.
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