Alguien me dijo me muestre tal cual soy.
Que mis palabras sean plasmadas
como miel que acaricia los labios.
Como cálidos pétalos suavidad
siendo sublimes corolas
de flor penetrando corazones,
tal vez dormidos por los siglos.
¡Cuánto desearía que mis palabras
se esparcieran,
y mis versos portaran el néctar!
Alimentaran el espacio
entre tu voz y mi calma
y osadas irrumpieran
en la estancia de las aguas
que separan nuestras almas.
Anhelaría que mis palabras
vibraran como canto en cercanía,
como viento en lontananza,
como barca que apacible
se mece con las olas.
Avizoraran el sempiterno espacio
y en silente eco fraguaran el amor,
quizá para siempre vencido...
Que mis palabras se perpetuaran
en magnos versos
y éstos no permitieran espejismos,
ni tampoco entelequias.
Como dulzura de manantial
que libre corre,
o savia que nutre y enamora,
así quisiera yo
anclaran mis palabras para siempre
en tu corazón, amor querido.
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