El recuerdo es la lanza
que a medianoche
hiere mi sueño.
Ni el cansancio,
con su torso pétreo,
puede con las esquirla
de tanto recuerdo.
Regresan las palabras,
se esparcen como pétalos
sobre la almohada ,
y las ilusiones vuelven
a aromatizar el recinto
frío de la alcoba.
Él nunca estuvo en mi casa
y, sin embargo,
todo huele a su presencia.
En el silencio nocturno
los rincones liberan pasos
y suspiros, que saben a suyos.
Las promesas que no hizo,
los te quiero que no dijo...
sollozan tras el retrato inconcluso
cuya tela el tiempo recicla.
Enciendo la luz. Llora el corazón
porque no serán sus dedos
peine en la noche de mis cabellos,
ni estrellas ansiosas sus besos
buscando refugio en mi boca.
Sólo queda el recuerdo.
Ya no será resuelto
el misteriode un mañana mutuo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario