Y ahora, amor, háblame.
Háblame en susurros.
Háblame de las flores
y de las noches llenas de luna
Háblame de la niebla densa y nocturna
que hay en mi alma sola y desnuda
Háblame del dolor y de las lágrimas
Susúrrame el amor del agua estanca.
Alienta mis ojos contra la nada,
ya clausurada.Coge el áspero aroma
que traen los silencios...
Y ponlo a reposar en mis rincones.
Murmúrame del frío vivo en las sábanas
bajo la sombra clara que hay en tu pelo.
Dame un mundo de luces,
donde el hambre de ti nunca se esconda
Dame un mundo perpetuo sin lejanías
donde la sombra no escape aleteando.
Que el viento que arde en mi ventana
no llegue a enterarse de que te has ido.
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