Volaré contigo
hasta romper el alba
Hombre inasible,
Trasiego en páramo oscuro
que de tu verdad
se encendió un rescoldo.
Y en tu verdad
no rige la hermosura,
sino la imperiosidad.
Cándido,
bello tu andar airoso
Tu mirada serena,
que si devengara de una vega,
regato de agua querría yo ser.
No es una candela
la que se enciende
en mis sentires
sino pálpito de mis adentros.
No revelaré a nadie
tu hermosa existencia.
La lealtad será mi verdad.
Ni de mi boca nacen palabras
reveladoras de los susurros
que una mañana conocí.
Escisión imperecedera
de mis entrañas,
que envolviendo las tuyas
se han hecho perpetuas
como la nieve en la cumbre
o la mente en la conciencia.
Soy náufrago
en la noche de mis silencios;
En cada nota,
instante o tiempo
En cada intervalo,
efímero, más pleno,
está tu aliento.
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