Besarte,
y húmedos,
ver tus ojos de ternura,
que abren al cielo
mi alma enamorada.
Estáticos de amor
y de dulzura.
Y suspirar,
tu perfumado aliento,
y el rumor palpitar
de tus sentidos...
Exhalar tiernos suspiros,
lánguidos gemidos,
mientras el libar tu néctar
me provoca
cálida sonrisa,
con la entreabierta boca.
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