Tal vez...
despertemos de este sueño
en el que somos sombra vigilante
como la de un árbol
que también nos sueña,
que guía nuestro velero
en un mar nunca embravecido.
Un océano de olas como murmullos
donde cada gota es tus ojos
y cada aurora mis suspiros.
Soy en ti apenas un vahído
un rayo de miel-sol derretido
como agua que calma la sed.
Líquido ávido que se agita
tras las montañas-esperanza ...
y no cede, sino avanza
hasta llegar al río cuyo cauce soy yo,
una vez más, amor querido,
apenas arropada por los latidos
que gimen desde tu boca hasta mi boca;
porque somos uno
como el sol que es engullido
por el mar sin encenderlo ni apagarlo...
sino elevando su calor-clamor
y creando nubes que eres tú;
a veces cúmulos, a veces cirros
y yo el cielo libreazul
que te sostiene voluntariamente
para poder estar contigo.
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