lunes, 28 de enero de 2008

Desde mi atalaya

De vez en cuando escribo
desde mi atalaya me suspendo en la noche
ayudada por la embriaguez
de este humo de versos.

Procuro comprender, y comprendo.
Ni comparto ni acepto,
sólo entiendo los movimientos
de la celeridad de esta historia,
breve, y a veces buena.

Vuelo surcando días y noches,
de mi pasado inmediato.
Seguiré en la veloz búsqueda
de mi yo más intenso, sin dejar de saber
que aquéllo que seduce desde el alma
no deja de hacerlo bruscamente;
Descubriendo, soñando, sorprendiéndonos...

Con cosas que engrandecen
y dan sentido a nuestro paso
Química convertida en alquimia
que nos empuja a descubrir anhelos olvidados,
emociones que parecían caducadas,
piedras preciosas
en el camino de nuestra monotonía.

A veces,
confundida por las palabras,
por la misma contradicción
que exhala la vida en cada suspiro,
demasiado complicada en esencia,
me sumerjo en esperanzas vanas,
en ilusiones ficticias...

Quiero creer, necesito creer que creo,
sé que estoy creyendo...y me aferro a los sueños...

Ellos me entienden.
Me hablan de otro tiempo, de otro lugar;

Allí hay calor...hay armonía, silencio,
Sólo brilla el sol,
sólo suena la música,
Sólo existe el amor...

No hay comentarios: