Están los problemas
agazapados en silencios
escondidos entre tristezas
para recordarnos otra vez más
que no podemos dejar de luchar.
Están los niños,
victimas inocentes
de nuestras vanidades
compartidas y enfrentadas
que nos llevan a la lamentada ruptura.
Estáis los demás,
que os mostráis como un espejo
haciendo que todo parezca normal.
Estás tú y estoy yo,
tan lejanos del nosotros,
hablando siempre de amor
y a veces de lo contrario,
pero guardaremos algo para mañana.
Porque espero que cures el corazón
antes de dejar de latir,
antes de quedarte solo,
antes de ser nada...
Estar, ser.
***
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