No, no volveré a tu puerta
mendigando más limosnas
Me basto y me sobro en licencia
para andar mis caminos sola.
No imploraré tu indulgencia.
Ayer era aún todavía. Hoy es
siempre. Mañana será melodía.
Se abren las alas del mar
en favor de este alma mía.
Un ave canta en las cimas
la eterna, dulce melancolía.
Hay nubes en lontananza...
Es el amor que bostezando
sus brazos amables tañe.
En mis pestañas una pregunta;
Dónde hallarás quién te ame?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario