Esta tarde
el cielo ruge de tormenta.
La lluvia anega
de nostalgia la Tierra.
Mi amor vive lejos
y mi corazón...
Mi corazón hiberna.
¿Cómo iba si no a pasar
mis días y mis huérfanas noches?
Hoy mi casa es de verdad mi casa.
La suerte me ha sido amiga
y todas mis dudas han volado.
Me siento una con el agua
y también con la fiereza
del inconsumible fuego.
A veces me echo en el aire
a descansar y escribir versos
para besarlo todo.
Ya no sufro al recordar...
pero te guardaré escondido
en el fondo de mis ojos
y pasaré a menudo tu imagen
por el casacabel de mi alegría.
Porque tú vives en mí,
dormida y despierta
como gotas de rocío
en las verdes hojas
que me trae la aurora.
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