domingo, 27 de enero de 2008

Las rosas de los días

Y se van marchitando
las rosas de los días
sin nadie que las saque
al camino de la esperanza.

Una gota de su perfume
se nos quiebra en las manos...

Mientras,
allá en el amor,
algo muere
y nace al mismo tiempo.

Es la vida que pasa.


Ese súbito vaivén...

Acaso un leve pestañeo
y el amor se desvanece,

al darle la tristeza un beso.


Sublime melodía
espera el sentimiento
sobre esas aguas,
por esos vientos.

La profunda e hiriente,
convulsa belleza del silencio.

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