Estoy sola en la tarde.
Miro lejos...
Desesperadamente lejos.
Quedan por el aire
tus últimas palabras.
Las nubes saben dónde van.
Mi sombra nunca sabe
dónde el amor la llevará.
¿Oyes pasar los luceros, dime,
oyes resbalar por la lluvia
nuestros palpitantes corazones?
Nadie sabe que te amo.
Nadie sabe que me llegó el amor
y que me trajo
de la playa su arena...
pero estoy sola en la tarde
y miro lejos,
desesperadamente lejos.
Nos separan las montañas,
los vientos y las flechas.
Nuestro amor,
cuando menos lo pensemos,
se nos llenará todo de ausencias.
Estoy en soledad,
miro a lo lejos...
Estoy pensando en ti...
pensando que,
acaso en soledad,
también me piensas tú.
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