Un grito silencioso que persiste,
un suspiro en la intimidad de la noche,
porque ya no nos vemos
cada mañana al alba.
Grito de amor como ninguno,
como nunca y como nadie...
Porque ya no somos jóvenes
las horas han de bastar para recordar
sin perecer...sin olvidar, sin declinar
en un tiempo no llegado
que nunca ha de llegar.
Por los años sin conocernos,
un suspiro inacabado, por los días no vividos
en las cumbres de tus besos;
una voz y un lamento...un lamento.
¡¡ADIÓS...!!
Esa extraña curva en las calles de la madrugada.
¿Acaso me asomé yo por tu ventana?
O atenta al futuro hallé tu voz que me llamaba?
Con pausado ritmo tú te aproximaste a mí...
Son eternos tus ojos y tu nombre es dulce, amor.
de hierba salvaje es tu resuello,
vertiente de aguas incansables.
Te acaricio ahora, hoy...y sé
que no nacimos mañana,
que de algún modo tú y yo
nos ayudaremos a vivir, y en algún lugar
nos ayudaremos tú y yo a morir.
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