lunes, 17 de octubre de 2011
Corriente de Amor
En días que no me resulta sencillo
lidiar con la melancolía, me adivinas
sin que medien las palabras
y con tu mano acariciando la mía,
recoges cualquier vestigio de dolor.
Al rato compartimos la risa o el silencio.
Luego, cuando piensas que no te miro,
alzas tus ojos al cielo y liberas una mariposa
para que se lleve todos los pesares
que habías cargado desde mi alma a la tuya.
Cuando un suspiro tuyo -me dijiste-,
se cuelga del vértice de una estrella,
imagino que somos gotas de agua
y me fusiono a ti para aliviarte
como hacen los pétalos de una rosa.
Entonces siento el límite de mi corazón,
me convenzo de que la vida es siempre
desembocadura de lo posible, lo real,
y me abrazo a tu tibia corriente de amor
en la certeza de la cotidiana felicidad.
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