miércoles, 28 de septiembre de 2011

Una voz en el cielo








De sueños improvisados
y fulgor de aconteceres,
desde el dibujo de un beso,
hoy quiero deletrear mis versos.


Con olas que en la orilla descansan
y las que se van mar adentro,
sigo percibiendo el aliento
de cada mañana al alba.


Entre la mente y el corazón
el alma se despereza...
Susurros quedaron indemnes
en los días que se fueron.


Esencias se quedan calladas
de niebla quebradiza y templada
y el perfume de la alegría
igual que la yedra trepa.


Salvajes, sobre mi pensamiento,
multitud de latidos brotan...
Dejan espinas y rosas
hermoseando sus notas.


Mis manos se abren buscando
mareas altas y luces,
canciones que me transporten
a aquel sendero sin bordes


donde cosidos en seda
habitan ecos de libertad;
Recuerdos de risas, palabras
que fueron llama y sinrazón.


Amar es construir un nido
para cobijar a dos almas
y oír una voz en el cielo
que nadie a entender alcanza.

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