miércoles, 28 de septiembre de 2011
Pretérito Perfecto
Pude escuchar de tu voz la brisa libre,
el sueño del mar se arrodilló ante el amor
y en tu abrazo hallé una danza de azucenas,
hilabas crecientes lunas por mi espalada.
En mis ojos amaneció el sueño de un beso
abriéndose el cauce de la fontana del sol
como la ternura de una rosa que,
recién despuntada de su capullo,
busca ansiosa la gota temblorosa del rocío.
Escuché de tus labios de lirio
la humildad de los claros manantiales
y en tus generosas manos
intuía la dulzura resbalando entre los dedos...
Te sentí adosándote a mi pecho
besando de mi cuerpo cada adverbio:
"Aquí, allá, temprano, siempre..."
Destellos de amor nos deslumbraban.
Lentamente atardecía, mientras
bañábamos la mirada en el horizonte;
Finísimo límite de un mar emocionado
convertido en lumbre de almíbar.
Yo bebía el agua limpia de tus mañanas
alargándose la luz de las estrellas.
Dulcísima tu orilla de auroras interminables
donde dichosa alojaba todos mis besos.
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